sábado, 23 de mayo de 2009

Gobierno de Ricardo Martinelli, ¿cambio de qué?

El gobierno recién electo de Ricardo Martinelli aún no toma posesión, pero los nombramientos que ha hecho y las primeras declaraciones de algunos nuevos funcionarios dejan entrever que el “verdadero cambio” prometido se reduce a un cambio de caras, pero no de esencia. Por eso la tónica, una vez pasadas las campañas sucias de las elecciones, son los piropos mutuos entre Martinelli y Martín Torrijos.

El nuevo gabinete, al igual que el saliente, no sólo responde a los grandes intereses empresariales y financieros, sino que su composición es esencialmente oligárquica, blanca, patriarcal y elitista. Además, algunos funcionarios designados evidencian falta de idoneidad para los cargos que ejercerán, dándose a entrever que ha prevalecido, como siempre, el reparto de la cosa pública como si de un pastel se tratara.

Ni hablar de la política económica y social, en la que la única propuesta clara es la disminución de los impuestos a los ricos mediante la eliminación del CAIR y el Flat Tax, sin que por ningún lado se avizore el anhelo popular a aumento general de salarios, congelación de la canasta básica, creación de empleos, ni protección a la producción agrícola e industrial nacional.

Nuevo gabinete: los ratones cuidando el queso

Sólo por mencionar algunos ejemplos, tenemos que: el nuevo responsable de Economía es Alberto Vallarino, banquero al que el gobierno de Torrijos le exoneró $ 400 millones en impuestos cuando vendió Banistmo a HSBC; el director del Banco Nacional de Panamá, Darío Berbey, viene de la gerencia de Global Bank, banco del propio Martinelli; en la Caja de Ahorros, Jason Pastor, es de Scottia Bank; el jefe de la Secretaría de Energía viene directo de la gerencia de ETESA; y el nuevo jefe de ETESA de la comercializadora de Bahía Las Minas; el Ministerio del Canal fue entregado a Rómulo Roux, representante del poderosos bufete Morgan y Morgan; y el MOP a Federico Suárez de la Constructora Suárez.

Entre los que carecen de idoneidad y experiencia para los cargos resaltan: Guillermo Ferrufino en el MIDES, Lucy Molinar en Educación; Gloria Moreno de López en Aduanas; y Javier Arias en la ANAM. En política social el gabinete está controlado por miembros de la logia del extremismo católico, el Opus Dei, enemiga a muerte de los derechos de las mujeres y los niños, a través del vicepresidente J. C. Varela y L. Molinar (La Estrella 22/5/09).

Consideración especial merece el equipo de seguridad pública que, con Gustavo Pérez a la cabeza, y la colaboración de Ramón Díaz y otros (La Prensa, 6/5/09), fueron parte de la élite del General Noriega (UESAT) durante el régimen militar. Por ello José R. Mulino (Mingob) amenaza con que “no permitirá cierres de calle”. Para que todo quede en familia, el nuevo secretario “anticorrupción”, es el primo de Martinelli, y ex empleado de todos los gobiernos anteriores, Núñez Fábrega.

Medidas económicas: quitarle a los pobres para darle a los ricos

La única promesa ratificada por el presidente electo es la disminución de los impuestos a las clases altas y grandes empresas eliminando el CAIR, equiparándolos a las clases medias con el llamado Flat Tax, es decir que todos paguen igual. Pero, como las cuentas no cuadran, por la crisis económica y el alto endeudamiento dejado por el PRD, han propuesto eliminar los “subsidios”, entre los que está el de la electricidad, que podría conducir a un aumento de la factura de luz. Otra amenaza que se cierne sobre miles de empleados públicos es la posibilidad de despidos masivos. En educación y salud pretenden la privatización mediante “patronatos”.

Nada de hablar de nacionalizaciones, ni de control de precios, ni mucho menos de aumento salarial, ni siquiera de incentivos al agro. La única propuesta “social” son los prometidos 100 balboas a los mayores de 70 años no jubilados. ¿Por qué sólo cien, si la canasta alimenticia está llegando a los 300 balboas? ¿Por qué a los 70 años si la edad de jubilación es a los 62 para los hombres y 60 para las mujeres? ¿Cuántos ancianos sin recursos pueden sobrevivir hasta los 70 años?

En los últimos días trascendió en los medios que el cerebro en la sombra del nuevo gobierno, y madre de la alianza Martinelli-Varela, la embajadora de Estados Unidos, reunió al presidente electo para dictarle la agenda: aprobación del Tratado de Libre Comercio (TPC), que implica condena a muerte de nuestra agricultura a 20 años plazo; reformas al Código de Trabajo y otras “bellezas”.

Frente a la crisis se requiere un Plan de desarrollo alternativo

Las pocas medidas anunciadas por el gobierno electo de Ricardo Martinelli son claramente inconvenientes y no sacarán al país del atolladero en que nos han metido 5 años de gobierno del PRD y 20 años de políticas neoliberales. En el marco de la crisis capitalista internacional, las medidas de Martinelli favorecen a la oligarquía financiera y comercial, y empobrecen a las clases medias y trabajadoras.

Junto al Prof. Juan Jované, el Partido Alternativa Popular ha sostenido que se requiere un Plan Nacional de Desarrollo Alternativo, que apunte a fortalecer y salvaguardar el mercado interno, expandiendo el poder adquisitivo de los asalariados con un aumento general de salarios y una congelación de la canasta básica. En vez de falsas esperanzas en el sector exportador de bienes y servicios, golpeado por la crisis mundial, hemos propuesto fomentar la producción agrícola e industrial nacional para el consumo interno.

Alertas y construyendo la alternativa popular e independiente

Los hechos muestran que el movimiento popular no puede depositar un ápice de confianza en el nuevo gobierno y sus medidas. En vez de “compás de espera”, o “luna de miel de cien días”, las amenazas que se ciernen sobre los derechos democráticos y sociales del pueblo panameño obligan a los gremios y movimientos sociales, como la Unidad de Lucha Integral del Pueblo (ULIP), a estar alertas, organizados y coordinados para denunciar y enfrentar las medidas antipopulares que pretenda imponer el nuevo gobierno.

Esta actitud combativa debe ser extensiva hacia los personeros del gobierno saliente y su partido, PRD, que ahora intentarán reciclarse como “oposición”, prometiendo lo que no hicieron en 5 años. Los torrijistas honestos deben sacar la conclusión definitiva de que no tienen nada que esperar de la cúpula corrupta del PRD.

El Partido Alternativa Popular exhorta a todas las fuerzas populares, no sólo a ser contestatarias frente al gobierno de los ricachones que se inicia, sino a ser propositivas y darle forma al partido político que levante las demandas populares y que aspire a ser gobierno, una vez que todas las ilusiones en los partido oligárquicos se han desvanecido. Partido que ya hemos iniciado, Alternativa Popular (PAP), del cual retomaremos su inscripción en 2010 con el objetivo de tener una propuesta real de los sectores populares e independientes en las próximas elecciones.

Junto al Comité de Campaña “Jované Presidente”, demostramos que estamos preparados para ser alternativa de gobierno. Alternativa verdaderamente independiente que a lo largo y ancho del país recibió de muchos sectores populares y de clase media su confianza.

Profundicemos esta experiencia, convoquemos a nuevos sectores, y sin sectarismos, construyamos la unidad popular que el momento reclama, contraponiendo a cada medida antipopular del gobierno de los ricos, las propuestas justas que el gobierno de los sectores independientes, populares, nacionalistas y antineoliberales sí podrá tomar. Construyamos el verdadero cambio.

Panamá, 23 de mayo de 2009.

Partido Alternativa Popular
Comité Ejecutivo

jueves, 14 de mayo de 2009

Seguimos comprometidos por una alternativa democrática, popular, independiente y antineoliberal

Finalizadas las elecciones generales de 2009, el Comité de Campaña “Jované Presidente” desea, en primer lugar, felicitar al pueblo panameño por la participación cívica demostrada el 3 de mayo. Agradecemos también las muestras de apoyo a nuestro proyecto político expresadas por muchísimos ciudadanos y ciudadanas a lo largo y ancho del país, así como al porcentaje del electorado consciente que, a través del voto en blanco o nulo, exigió la necesidad de que el régimen político panameño se abra a otras ofertas electorales.

A nuestros activistas y a quienes confiaron en nuestra propuesta les decimos que todos juntos hemos hecho un gran aporte al demostrarle al país que el Código Electoral y el Tribunal Electoral cercenaban la democracia al impedir la libre postulación de candidatos a la Presidencia de la República. Si bien es cierto que la Corte Suprema de Justicia nos ha dado la razón, aunque de manera tardía, debemos estar vigilantes pues la partidocracia, cuyos intereses están enquistados en el Tribunal Electoral, tratará por todos los medios de ser juez y parte en la implementación de ese fallo histórico sobre la postulación presidencial independiente y así burlar nuevamente la necesidad de ampliar la democracia panameña.

Del resultado electoral y de múltiples manifestaciones públicas también queda claro como un mandato, la necesidad de una reforma profunda de otros aspectos, además del presidencial, a saber: reducir la cantidad de adherentes para inscribir partidos y candidatos por la libre; democratizar los mecanismos de las adhesiones para eliminar el clientelismo y la compra de firmas y votos; establecer límites y controles públicos a las donaciones privadas a candidatos y partidos; etc.

Esas reformas no pueden ser monopolizadas por la partidocracia, que es la gran perdedora de estas elecciones, a través del llamado Consejo de Partidos Políticos. Exigimos la democratización y la participación amplia de la sociedad panameña en la reforma electoral. El Consejo de Partidos Políticos no es más que una pieza del engranaje del control que ejercen los grandes intereses económicos del país sobre el sistema político panameño.

Respecto al presidente electo, Ricardo Martinelli, no cabe duda que, dentro de las opciones que se permitió elegir al pueblo panameño, fue el más votado. Nosotros respetamos la voluntad popular. Pero estaremos vigilantes de que las promesas de “verdadero cambio”, que prometió al pueblo, se cumplan.

Llamamos la atención a la ciudadanía respecto a que existe una contradicción entre las promesas electorales de Martinelli y su programa económicos, basado en reducir los impuestos a los ricos (como el CAIR) igualándolos a los pobres (Flat Tax) y la posibilidad de un aumento del ITBM (que implicaría más inflación con efectos recesivos). La composición empresarial de su gabinete es un primer mal mensaje en ese sentido. En el marco de la crisis capitalista mundial, que empieza a golpearnos, estas medidas pueden comprometer seriamente el presupuesto público destinado a salud, educación y programas sociales.

Finalmente, reivindicamos como aporte de nuestra campaña el haber demostrado que los sectores populares de Panamá tenemos una propuesta seria de gobierno, distinta a la corrupción y el neoliberalismo que se han impuesto durante veinte años. Asumimos ante el país el compromiso de seguir construyendo esta alternativa política democrática, popular y antineoliberal que aspira a ser gobierno por la voluntad popular, más temprano que tarde.

Panamá, 14 de mayo de 2009.
COMITÉ DE CAMPAÑA “JOVANÉ PRESIDENTE”

martes, 5 de mayo de 2009

Balance de las elecciones generales de 2009

El Comité Ejecutivo del Partido Alternativa Popular adelanta un primer balance de las elecciones recién pasadas, el cual deberá ser completado por un Directorio Político Nacional que debe convocarse en un término perentorio.

1. Los resultados del voto presidencial:


Al lunes 4 de mayo, con el 91.22% de las mesas escrutadas, que equivalen al 92.62% de los votos emitidos tenemos que: Ricardo Martinelli obtuvo 886,574 votos o 60.31%; Balbina Herrera obtuvo 548,813 votos o 37.34%; Guillermo Endara obtuvo 34,561 votos o 2.35%; se mitieron 17,257 votos en blanco que hacen 1.14% y 27,962 votos nuloes para 1.85%. La suma de votos nulos y blancos totaliza 2.99%. El índice de participación se mantuvo en los límites históricos de 73.98%.

2. Interpretación del respaldo logrado por Martinelli:

El techo histórico de 60% a favor de Martinelli, debe ser interpretado como un masivo VOTO CASTIGO a la gestión gubernamental del PRD, pero también al régimen “partidocrático” (PRD-Panameñismo) y confirma la ruptura de las masas con los pilares del régimen surgido en la invasión de 1989. Discordamos con quienes unilateralmente lo interpretan como un “voto a la derecha” pues, aunque la cúpula de la “Alianza por el Cambio” es representante directa del gran capital y políticamente derechista, la campaña de Martinelli levantó una serie de reivindicaciones legítimamente sentidas por el pueblo contra el gobierno y el régimen. Por ello, algunos califican a Martinelli como “populista de derecha”. En ausencia de una alternativa de izquierdas en las papeletas la gente expresó su deseo de “cambio” a través de Martinelli. Si Jované hubiera podido participar seguramente habríamos disputado un porcentaje de esos electores. El Voto Protesta (Blancos y Nulos) se mantuvo en los márgenes históricos y, si bien expresa el electorado más conciente y orgánico de la izquierda, no fue el camino por el cual se expresó el descontento del pueblo panameño. Aunque como consuelo, debemos decir que la suma de ambos (3%) fue mayor al obtenido por Endara (2.3%).

3. El PRD es el gran perdedor:

Aunque el poco más de medio millón de votos obtenidos por Balbina está cercano al número de afiliados del PRD, el resultado electoral implica una derrota en toda la línea: no sólo no ganaron la presidencia, sino que tampoco obtuvieron la alcaldía de Panamá, ni salieron electos a diputados los principales dirigentes de su Comité Ejecutivo. El voto castigo lo fue no sólo a la candidata y al partido, sino también al gobierno. Cargaron con el estigma de la corrupción, la incapacidad para resolver problemas clave, como el transporte y la seguridad, además de la polarización social producida por la inflación galopante, pese a 5 años de crecimiento económico y un uso clientelista de los ingresos del canal. Por supuesto, puso su grano de arena en la derrota las pugnas internas, no sólo entre la fracción de Balbina y Navarro, sino el papel del propio presidente Torrijos que parecía apostar a perder para seguir controlando al partido.

4. El otro perdedor es el régimen partidocrático:

Como habíamos señalado quienes conformamos desde 2006 el PAP, el pueblo panameño empezó un proceso de ruptura política con el régimen bipartidista (PRD-Panameñsimo) desde la huelga en defensa del Seguro Social en 2005. Las acusaciones de financiamientos ilegales por ambos bandos, los escándalos de las candidaturas a la alcaldía (de Velásquez y Vallarino) y la manera antidemocrática en que se impidió la postulación de Jované, terminó de evidenciar ante la ciudadanía la corrupción con que se maneja el sistema político electoral panameño. Un mandato indirecto que se desprende de la votación es la necesidad de una reforma completa del sistema electoral, la cual no puede quedar en manos de los partidos repudiados por la gente. Hay que exigir una reforma electoral que escape al control del Consejo de Partidos Políticos y de los Magistrados del Tribunal Electoral, con participación popular y de la sociedad civil. La ciudadanía exige: control público de las donaciones a las campañas, quitar las trabas a la libre postulación, disminución de la cuota de adherentes para inscribir partidos, etc.

5. El acierto de la campaña “Jované Presidente”:

Fue un acierto del Partido Alternativa Popular proponer y concretar junto a nuestros aliados del Partido del Pueblo e independientes la candidatura por libre postulación del Prof. Juan Jované. Esto permitió que por primera vez, desde 1984, la izquierda panameña tuviera una expresión política directa en el proceso electoral. Que el Tribunal Electoral nos impidiera inscribir la candidatura impidió mayores repercusiones y la concreción un porcentaje concreto de votos a favor de este proyecto político. Pese a ello, hicimos la gira nacional exitosa y tuvimos diversas tribunas, además de espacio en los medios de comunicación. El fallo favorable que obtuvimos de la Corte Suprema de Justicia, a cuatro días de la elección, fue una vistoria no sólo jurídica, sino política y moral que ayuda a abrir camino real para este proyecto. Hemos roto el mito de que los sectores populares y la izquierda panameña tenían que limitarse a simples contestarios en la lucha social. Hemos demostrado que somos capaces de ofrecer al país un proyecto de país distinto al neoliberalismo y la corrupción.

6. La tarea inmediata, construir el proyecto político popular:

El éxito obtenido por la campaña “Jované Presidente” debe tener continuidad en la concreción de un gran proyecto político popular y de izquierdas que empiece a actuar desde ahora como oposición al gobierno empresarial de Martinelli y a los socialliberales del PRD. La forma que este proyecto tendrá está en discusión con nuestros aliados. Sin embargo, el PAP ha propuesto que aprovechemos el espacio logrado con nuestro partido en formación, lo abramos y cobijemos en su seno esta alianza encabezada por el Prof. Jované. Sea ésta u otra la alternativa que se adopte, la tarea inmediata es reunir a los equipos del PAP en todo el país para hacer el balance de la campaña y organizar a todas las personas que se nos acercaron.

Panamá, 5 de mayo de 2009.